Asociación de Abogacía Consciente

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Asociación de Abogacía Consciente

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¿Qué es la “Abogacía Consciente”?

Con Abogacía Consciente nos referimos a toda práctica o enfoque de la abogacía que:

Aboga por construir relaciones jurídicas y contratos, con propósito.

Entiende que ese propósito superior al que tender es la paz, que se logra desde la confianza, entendimiento, colaboración y cooperación entre las personas.

Considera que los actos y contratos jurídicos pueden ser utilizados como una herramienta a favor de dicha paz, contribuyendo a la prevención y resolución de los conflictos desde la colaboración y la serenidad.

¿Cómo se ejerce la “Abogacía Consciente”?

“El todo es más que la suma de las partes” – Aristóteles

El ser humano es complejo por naturaleza y todos los elementos que lo componen están interrelacionados entre sí. En consecuencia, las relaciones humanas y las jurídicas son todavía más complejas.

Por eso, como abogados conscientes, no podemos limitarnos a analizar simplemente los aspectos legales de una cuestión, sin tener en cuenta otros aspectos en los que la solución puede incidir.

Ver las cosas en su conjunto y en perspectiva, hace que las percibamos de forma diferente y puede llevarnos a soluciones más creativas y más adecuadas para cada situación.

Para ello, la Abogacía Consciente propone que los abogados:

Estemos presentes desde nuestra esencia integrada, percibiéndonos a nosotros mismos, a los clientes, a los compañeros y a los distintos agentes de la relación jurídica, como partes de un todo.

A la vez, desarrollemos nuestra capacidad natural de considerar al Ser Humano de forma integrada, esto es, observar la relación entre sus diferentes dimensiones. ¿Y qué dimensiones debemos tomar en consideración? Sin pretender dar una lista cerrada, mencionamos las siguientes:

La física: esta dimensión comprende el cuerpo, sus sistemas y órganos, y cómo interactúan con el entorno. Incluye aspectos como la salud, la nutrición, el ejercicio y la capacidad para llevar a cabo actividades físicas.

La mental: se refiere a la capacidad cognitiva y intelectual del ser humano, involucrando procesos de pensamiento, razonamiento, memoria, aprendizaje y creatividad. Esta dimensión permite la formación de ideas, conceptos y la comprensión del mundo a través del análisis y la reflexión.

La emocional: se relaciona con las emociones, sentimientos y estados de ánimo de un individuo, incluyendo la capacidad de reconocer, expresar y gestionar emociones tanto propias como ajenas. Esta dimensión juega un papel fundamental en las relaciones interpersonales, la toma de decisiones y la calidad de vida en general.

La medioambiental: se refiere a la relación entre el ser humano y su entorno natural y social, incluyendo la conciencia y la responsabilidad hacia la naturaleza, así como la interacción con diferentes comunidades y culturas. Esta dimensión destaca la importancia de preservar el medio ambiente, promover la sostenibilidad y participar en prácticas que beneficien a la sociedad en su conjunto.

La transpersonal: abarca aspectos más allá de la identidad individual y la mente consciente, relacionándose con experiencias y estados de conciencia que trascienden el ego y nos lleva a dimensiones más profundas de la existencia. Incluye prácticas como la meditación, la exploración de la conciencia y la búsqueda de un sentido superior de la vida.

La espiritual: se refiere a la búsqueda de significado y trascendencia en la vida. No necesariamente está ligada a una religión específica, sino que se relaciona con la conexión con algo más grande que uno mismo, ya sea a través de creencias religiosas, prácticas de meditación, filosofía personal u otras formas de exploración espiritual. Esta dimensión aborda preguntas sobre el propósito de la vida, la moralidad y la relación con lo divino o lo trascendental.

Sólo teniendo en cuenta otras dimensiones, además de la legal, lograremos una visión más extensa, global y sistémica de la situación que tenemos delante. Una visión que nos ayudará a dar respuesta a las necesidades reales de las partes que intervienen en la relación jurídica para contribuir a su entendimiento y lograr así una solución que contribuya a la paz .

¿Qué tipos de prácticas incluye?

La Abogacía Consciente es un concepto en plena evolución y transformación que no pretendemos acotar ni definir.

Engloba, a fecha de hoy, prácticas que comparten la misma forma de entender y ejercer la abogacía, desde una perspectiva más humana y que podríamos agrupar en las siguientes:

Mediación
Método alternativo de resolución de conflictos, en el que interviene un profesional neutral que facilita la resolución del conflicto por las propias partes, de una forma equitativa, permitiendo el mantenimiento de las relaciones subyacentes y conservando el control sobre el final del conflicto.

Derecho Colaborativo
Método de gestión de conflictos autocompositivo y amistoso, basado en la negociación por intereses, buscando que todas las partes satisfagan sus necesidades. Ello se consigue mediante la escucha, gestión de las emociones y la relación entre las partes. devolviéndoles el protagonismo en la búsqueda de soluciones y acompañándolas a negociar en un entorno seguro, para conseguir un acuerdo satisfactorio, duradero y global . Es un proceso extrajudicial, voluntario, confidencial y multidisciplinar, en el que se negocia en equipo formado por las partes, sus abogados y los profesionales que sean necesarios en cada caso (notarios, economistas, graduados sociales, psicólogos, psiquiatras, pedagogos, coachs, mediadores, árbitros, terapeutas, ingenieros, médicos, etc).

Derecho Sistémico

Rama novedosa de las ciencias jurídicas, creada por el Juez brasileño Sami Storch, que analiza los conflictos desde una mirada ampliada basada en las denominadas “órdenes superiores” que rigen las relaciones humanas, siguiendo la ciencia de las constelaciones familiares desarrollada por el terapeuta y filósofo alemán Bert Hellinger.

El derecho sistémico plantea un cambio de paradigma de la problemática legal, habilitando el diseño de soluciones que integran las leyes jurídicas con las leyes sistémicas (por ejemplo, las leyes que rigen nuestra forma de relacionarnos con los sistemas a los que pertenecemos: la familia, pareja, empresa o despacho, equipo de trabajo, sector), lo que puede tener repercusiones impactantes para la resolución pacífica de los conflictos y la gestión jurídica.

Contratos Conscientes
Contratos elaborados bajo una metodología determinada que busca alcanzar acuerdos duraderos, basados en la confianza y colaboración entre las partes. En el proceso las partes comparten sus intereses, expectativas, valores y visiones y, con ayuda de profesionales colaborativos exponen sus necesidades e indagan en las de la otra parte en aras a encontrar las sinergias y colaboraciones posibles. Con esta herramienta, tienen también la oportunidad de diseñar su propio método de resolución de diferencias y/o controversias ajustado a sus necesidades y forma de reaccionar, adaptándolo a su voluntad.

Justicia restaurativa
Método mediante el cual se pueden identificar y satisfacer las necesidades e intereses de las personas implicadas en una agresión de manera equilibrada, justa y en un clima de colaboración. Por un lado, busca el interés legítimo de las víctimas por hacerse oír con más fuerza en relación con la respuesta a su victimización, por comunicarse con el ofensor y por conseguir la reparación y satisfacción en el contexto del proceso de justicia; por otro, apuesta por la importancia de suscitar el sentido de la responsabilidad entre los ofensores y brindarles oportunidades de reparar el daño causado.

El derecho holístico 
Es una forma de enfocar el Derecho desde el auto-conocimiento y entender los conflictos, como una oportunidad de crecimiento o aprendizaje, aplicando en la resolución de los conflictos otras técnicas o terapias que el abogado, o un tercer especialista maneje y considere apropiado para el caso, con el objetivo de tener una perspectiva integral de la situación.

Con el paso del tiempo y el cambio de paradigma que se está dando, descubriremos otras muchas prácticas y metodologías que se estén o se hayan desarrollado, y que nutrirán este movimiento emergente al que nos referimos como “Abogacía Consciente”.

Nuestro papel en la Abogacía Consciente:
Abogar por un mundo jurídico más humanizado.

En las últimas décadas han surgido movimientos en todo el mundo que promueven un cambio de paradigma y que reivindican el propósito en las relaciones, la importancia de los valores y la toma de consciencia en el impacto de nuestras acciones.

Movimientos que nacen con el objetivo de volver a situar a los distintos agentes de la sociedad al servicio del bien común

Desde estos movimientos están surgiendo nuevos arquetipos, también entre quienes ejercemos la abogacía, evolucionando así hacia una humanización del sistema económico en general y, del jurídico en particular, acorde a un modelo más alineado con la realidad sistémica e integradora del mundo.

Por ello, desde la Asociación de la Abogacía Consciente, queremos sumarnos a este movimiento mundial, difundirlo y honrarlo:

Otorgando mayor visibilidad a las asociaciones e iniciativas que existen desde hace años en nuestro país y en otros lugares en torno a la Abogacía Consciente, uniéndonos a ellas desde nuestro Ser y Hacer.

Poniendo en relación a todas estas nuevas prácticas jurídicas que han emergido alrededor de la abogacía consciente con los profesionales del derecho y participando de forma activa en su divulgación.

Promoviendo y ofreciendo formación en autoconocimiento y autoconsciencia a los profesionales del derecho y dando soporte a quienes deseen ejercer la abogacía desde esta perspectiva.

Gracias a todos los que nos preceden y a todos los que vendrán.

Hacia una abogacía más humana para abrazar la IA

En un momento en que la Inteligencia Artificial está abriéndose camino en nuestra profesión y en todo el sistema de relaciones, con un horizonte y unos límites todavía en construcción, es crucial desarrollar al máximo nuestro sentido de la humanidad. 

Para la regulación del uso de la Inteligencia Artificial es necesario que los actores jurídicos comprendamos en profundidad el funcionamiento de las redes neuronales artificiales, sus utilidades y los posibles riesgos que conllevan, como también el funcionamiento de nuestro propio sistema neuronal, nuestro propio Ser, cuya naturaleza estamos aún lejos de comprender en su máximo potencial.     

Sólo mediante una aplicación responsable de la IA a nuestra profesión será posible mejorar la eficiencia y la eficacia de nuestro trabajo para ganar así un espacio-tiempo en nuestro día a día.

Y es que un uso inapropiado de la IA conllevaría un riesgo de deshumanización aún mayor de las relaciones económicas y sociales.

Por eso es fundamental que en este camino hacia la IA no olvidemos lo más importante: nuestro propio ser.

Ahora más que nunca es imprescindible dedicarle tiempo, formarnos en el conocimiento de la naturaleza humana, así como en las nuevas herramientas de la abogacía consciente, para      cultivar la serenidad y la paz interior, de forma que desarrollemos las capacidades y cualidades intrínsecas que nos permitirán ser instrumentos de cooperación, colaboración y unión entre las personas.     

Desde la Asociación queremos ofrecer un espacio para quienes quieran cultivar estas cualidades, acercarse al ejercicio de la Abogacía Consciente y vivir la era de la digitalización y la IA en nuestra profesión también desde una expansión plena de la consciencia humana.

Únete al nuevo movimiento a favor de una abogacía más humana